A principios de 2003, el jordano Jamiel Al Banna y el libio Omar Deghayes, refugiados y residentes británicos, fueron recluidos en la prisión de Guantánamo (Cuba) por su supuesta vinculación a Al Qaeda. El Pentágono alegó que Al Banna realizaba actividades de reclutamiento y financiación para Al Qaeda y que Deghayes mantenía sólidos lazos con la organización terrorista.
Las gestiones del gobierno británico tuvieron éxito y el 19 de diciembre de 2007 regresaron al Reino Unido tras pasar en Guantánamo más de cinco años sin ser acusados formalmente ni haber sido sometidos a juicio. Sin embargo, a su llegada a Londres no fueron puestos en libertad, como muchos esperaban, ya que la Audiencia Nacional española había cursado una orden europea de detención contra ellos.
Conozcamos con detalle la historia de estos dos personajes y la actuación estelar del príncipe de la justicia.
Jamil Al Banna y Omar Deghayes habían sido procesados por auto del juez Garzón el 26 de diciembre de 2003 por una causa derivada de la Operación Dátil. Además se dictó una petición de extradición por su supuesta vinculación con una célula de Al Qaeda en España. Esta solicitud, cursada por el gobierno español a principios de 2004, nunca fue contestada por las autoridades norteamericanas. Tres años después, autorizado el regreso de los dos ciudadanos al Reino Unido, el juez Garzón solicitó una comisión rogatoria para que se les tomara declaración y el 19 de diciembre de 2007 cursó una orden europea de detención y entrega.
Los indicios que el juez Garzón tenía contra Omar Deghayes se citan en el auto de procesamiento del sumario 35/01 Operación Dátil. Básicamente consisten en lo seguimientos realizados en 1996 y que relacionarían a Omar con personas procesadas en ese sumario, Osama Darra, Salahedin Benyaich@Abu Mughen, etc. Con este último habría compartido piso en Madrid durante 1996 según la policía española.
Otro de los indicios contra Deghayes era su identificación en un video propagandístico de las actividades de los muyahidines en Daguestán. Una copia de ese video habría sido entregada por las autoridades rusas a la policía española en 2000. Casualmente copias del mismo video irían apareciendo entre el 2001 y 2002 en diferentes registros realizados en domicilios de personas sospechosas de pertenecer o colaborar con Al Qaeda, por ejemplo el condenado por el 11-M Jamal Zougam y en varios de los detenidos por la Operación Dátil como Osama Darra y el español Yusuf Galán. Paradójicamente, según el periodista Jose María Irujo, ese video fue el culpable de su reclusión en Guantánamo durante cinco años.
Una información facilitada por la policía española a los servicios de inteligencia de todo el mundo aseguraba que la persona que aparecía en el video era Omar Deghayes, a pesar de que él lo negaba una y otra vez. En el auto por el que el juez Garzón procesaba a Omar se decía que la comparación de las fotografías obtenidas de Omar en Madrid [en 1996] y las que se pueden ver en el vídeo titulado La yihad en Daguestán permitieron establecer que Omar participó en la yihad en Chechenia. Esa identificación hizo que los americanos no le concediesen la libertad en la revisión que hicieron en 2005 de los casos de algunos de los presos de Guantánamo.
Sobre Jamiel Al Banna he sido incapaz de averiguar cuáles eran los indicios que motivaban la acusación de pertenencia a Al Qaeda y más concretamente a la célula de Abu Dahdah. Parece ser que se le identifica con una persona apodada Abu Anas.
Nada más producirse su repatriación a Gran Bretaña desde Guantánamo, Baltasar Garzón volvió a dictar otra orden de detención europea y Al Banna y Omar Deghayes fueron detenidos nada más descender del avión. Pero esta vez el juez español se encontró con una fuerte oposición por parte de la sociedad inglesa, capitanaeda por personalidades tan destacadas como Ken Loach, Harold Pinter o Vanessa Redgrave, que incluso pagó la fianza de Deghayes. Los tribunales británicos tampoco se mostraron muy favorables a la extradición a España porque no la encontraban justificada en base a las evidencias. Un informe médico forense dictaminó que el estado mental y la salud de ambos había sufrido un grave deterioro por su estancia en Guantánamo.
Ante tales inconvenientes, muy molestos para un candidato al Nobel de la Paz, Baltasar Garzón dictó un nuevo auto el 5 de marzo de 2008 por el que, tras ratificar que existían indicios suficentes para acusarlos de pertenencia a Al Qaeda, atendiendo a los informes médicos anulaba la solicitud de extradición y sobreseía la causa contra Al Banna Y Omar Deghayes. De ese modo nos hemos quedado sin saber si realmente existían esos indicios sólidos que hicieron que esas dos personas pasaran cinco años en Guantánamo, o si, como hemos visto en los casos de Hamed Abderramán y Lahcen Ikassrien, esas pruebas se diluían al llegar al juicio como un azucarillo en un vaso de agua.
Y es que la defensa de Deghayes parecía dispuesta a no dejar títere con cabeza en caso de haberse celebrado el juicio.
Las gestiones del gobierno británico tuvieron éxito y el 19 de diciembre de 2007 regresaron al Reino Unido tras pasar en Guantánamo más de cinco años sin ser acusados formalmente ni haber sido sometidos a juicio. Sin embargo, a su llegada a Londres no fueron puestos en libertad, como muchos esperaban, ya que la Audiencia Nacional española había cursado una orden europea de detención contra ellos.
Conozcamos con detalle la historia de estos dos personajes y la actuación estelar del príncipe de la justicia.
Jamil Al Banna y Omar Deghayes habían sido procesados por auto del juez Garzón el 26 de diciembre de 2003 por una causa derivada de la Operación Dátil. Además se dictó una petición de extradición por su supuesta vinculación con una célula de Al Qaeda en España. Esta solicitud, cursada por el gobierno español a principios de 2004, nunca fue contestada por las autoridades norteamericanas. Tres años después, autorizado el regreso de los dos ciudadanos al Reino Unido, el juez Garzón solicitó una comisión rogatoria para que se les tomara declaración y el 19 de diciembre de 2007 cursó una orden europea de detención y entrega.
Los indicios que el juez Garzón tenía contra Omar Deghayes se citan en el auto de procesamiento del sumario 35/01 Operación Dátil. Básicamente consisten en lo seguimientos realizados en 1996 y que relacionarían a Omar con personas procesadas en ese sumario, Osama Darra, Salahedin Benyaich@Abu Mughen, etc. Con este último habría compartido piso en Madrid durante 1996 según la policía española.
Otro de los indicios contra Deghayes era su identificación en un video propagandístico de las actividades de los muyahidines en Daguestán. Una copia de ese video habría sido entregada por las autoridades rusas a la policía española en 2000. Casualmente copias del mismo video irían apareciendo entre el 2001 y 2002 en diferentes registros realizados en domicilios de personas sospechosas de pertenecer o colaborar con Al Qaeda, por ejemplo el condenado por el 11-M Jamal Zougam y en varios de los detenidos por la Operación Dátil como Osama Darra y el español Yusuf Galán. Paradójicamente, según el periodista Jose María Irujo, ese video fue el culpable de su reclusión en Guantánamo durante cinco años.
Una información facilitada por la policía española a los servicios de inteligencia de todo el mundo aseguraba que la persona que aparecía en el video era Omar Deghayes, a pesar de que él lo negaba una y otra vez. En el auto por el que el juez Garzón procesaba a Omar se decía que la comparación de las fotografías obtenidas de Omar en Madrid [en 1996] y las que se pueden ver en el vídeo titulado La yihad en Daguestán permitieron establecer que Omar participó en la yihad en Chechenia. Esa identificación hizo que los americanos no le concediesen la libertad en la revisión que hicieron en 2005 de los casos de algunos de los presos de Guantánamo.
Sobre Jamiel Al Banna he sido incapaz de averiguar cuáles eran los indicios que motivaban la acusación de pertenencia a Al Qaeda y más concretamente a la célula de Abu Dahdah. Parece ser que se le identifica con una persona apodada Abu Anas.
Nada más producirse su repatriación a Gran Bretaña desde Guantánamo, Baltasar Garzón volvió a dictar otra orden de detención europea y Al Banna y Omar Deghayes fueron detenidos nada más descender del avión. Pero esta vez el juez español se encontró con una fuerte oposición por parte de la sociedad inglesa, capitanaeda por personalidades tan destacadas como Ken Loach, Harold Pinter o Vanessa Redgrave, que incluso pagó la fianza de Deghayes. Los tribunales británicos tampoco se mostraron muy favorables a la extradición a España porque no la encontraban justificada en base a las evidencias. Un informe médico forense dictaminó que el estado mental y la salud de ambos había sufrido un grave deterioro por su estancia en Guantánamo.
Ante tales inconvenientes, muy molestos para un candidato al Nobel de la Paz, Baltasar Garzón dictó un nuevo auto el 5 de marzo de 2008 por el que, tras ratificar que existían indicios suficentes para acusarlos de pertenencia a Al Qaeda, atendiendo a los informes médicos anulaba la solicitud de extradición y sobreseía la causa contra Al Banna Y Omar Deghayes. De ese modo nos hemos quedado sin saber si realmente existían esos indicios sólidos que hicieron que esas dos personas pasaran cinco años en Guantánamo, o si, como hemos visto en los casos de Hamed Abderramán y Lahcen Ikassrien, esas pruebas se diluían al llegar al juicio como un azucarillo en un vaso de agua.
Y es que la defensa de Deghayes parecía dispuesta a no dejar títere con cabeza en caso de haberse celebrado el juicio.
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