martes, 27 de enero de 2009

El tesorero de Al Qaeda



El 14 de abril de 2002 las autoridades españolas realizaban de nuevo una importante operación contra la estructura internacional de Al Qaeda al detener en su domicilio de Barcelona a Ahmed Brahim, acusado de ser uno de los "tesoreros" de la organización terrorista y de estar relacionado con la financiación del atentado contra las embajadas americanas de Kenia y Tanzania.

La importancia de la detención era destacada por el ministro del Interior, Mariano Rajoy, y por el director de la Guardia Civil, López Valdivieso. El Ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué afirmó que "poco a poco se van desmantelando todas las tramas relacionadas con Al Qaeda". La detención de Brahim culminaba una investigación iniciada siete meses antes por la Guardia Civil y la Policía Nacional a partir de los datos de la agenda de Mamdouh Mahmud Salim, detenido en Alemania en 1998 por participar en los atentados contra las embajadas americanas de Nairobi y Dar es Salam.

El caso de Ahmed Brahim resulta muy interesante porque de las tres personas mencionadas en la carta de Serhane El Tunecino es el único del que se tiene constancia de que mantuviese contactos con él.


La principal acusación contra Ahmed Brahim estaba respaldada por el hecho de que en octubre de 2001 las autoridades de Luxemburgo bloquearon 2 millones de euros de las cuentas de Brahim en ese país. En julio de 2002 la Sección Tercera de la Audiencia Nacional confirmó la prisión provisional utilizando como argumento el que en sus declaraciones no hubiese justificado la procedencia de ese dinero. Lo cuál no es cierto porque Ahmed Brahim dejó claro que había trabajado durante muchos años en Suecia en empresas relacionadas con la construcción y maquinaria, haciendo de intermediario con las autoridades en Argelia. También tenía relaciones con empresas en Alemania y Canadá.

Como curiosidad conviene destacar la confusión de los primeros días sobre la nacionalidad del detenido. Parece que en los primeros instantes se llegó a afirmar desde el Ministerio del Interior que Ahmed Brahim tenía nacionalidad saudí, lo que llevó al error a algunas publicaciones como El País. Por desgracia ni en la web del ministerio, ni en la de la Guardia Civil se encuentra nota de prensa original de la detención. La confusión se podría explicar porque en las listas de terroristas más buscados aparece Ahmed Ibrahim al-Mughassil, alias Abu Omran, tesorero y fundador de Al Qaeda, cuyo nombre tiene gran similitud con el de Ahmed Brahim. Abu Omran está incluido en las listas de terroristas que el Departamento del Tesoro de EEUU elaboró después del 11-S y cuyas cuentas tenían que ser bloqueadas.

Como viene siendo habitual los grandes titulares de los primeros días se diluyeron y en el juicio únicamente fue acusado de pertenencia a grupo terrorista por reunirse con personas sospechosas de pertenecer a Al Qaeda, con los que estaría trabajando en un proyecto de difusión del islam, que el tribunal sentenció que era de difusión de fatwas para la justificación de acciones terroristas. Fue condenado a 10 años de prisión y el tribunal Supremo ratificó la condena, pero con dos votos particulares de Martín Pallín y Perfecto Andrés Ibañez, que entendían que los hechos no se correspondían con la integración en grupo terrorista, sino que se podían tipificar como de incitación al odio por motivo religioso o enaltecimiento terrorista.

Las cuentas en Luxemburgo y España ya habían sido totalmente desbloqueadas en 2003 y del blanqueo de dinero y de la financiación del terrorismo nunca más se volvió a saber. De lo que sí nos enteramos es de la relación de Ahmed Brahim con Serhane el Tunecino, ya que la investigación descubrió que Ahmed Brahim tenía su número de teléfono en su agenda y que habían estado en contacto en varias ocasiones.

Después del 11-M aparecieron varias informaciones en la prensa sobre los contactos entre ambos. Brahim reconoció que le dieron su nombre en la mezquita de la M-30 cuando se interesó por la compra de una vivienda en Madrid, ya que Serhane se dedicaba a temas inmobiliarios, aunque finalmente Brahim descartó la compra. Tras su detención en abril de 2002 su mujer y su hija se trasladaron a Madrid y se alojaron unos días en casa de Serhane, siendo detectadas por la policía que en esas fechas vigilaba al Tunecino. Finalmente compraron o alquilaron una vivienda en Madrid que el Tribunal considera probado que fue avalada por el propio Serhane.

Lo que no aparece en esas informaciones es que el tribunal en la sentencia afirma que desde el teléfono de Brahim en Palma se realizaron cuatro llamadas al del Tunecino en 1998. Quizás es un error del tribunal al redactar la sentencia porque sorprende que ese hecho haya pasado desapercibido. También se ha publicado que uno de los abogados contactados por la familia para hacerse cargo de su defensa fue Vicente Ibor, el concejal del PP que llevaba la defensa de Lamari, Benesmail y Said Chedadi. Pero lo que sorprendentemente no se ha publicado es que la persona que intermedió en la búsqueda era el propio Serhane.
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miércoles, 21 de enero de 2009

El gerente de Al Qaeda II




En el repaso a los personajes que aparecían citados en una supuesta carta de El Tunecino encontrada en el registro de su vivienda, nos habíamos quedado con Ghaleb Kalaje. Kalaje es un empresario y promotor inmobiliario sirio procesado por Garzón en el sumario 35/01 sobre la célula española de Al Qaeda. Fue calificado por la prensa española como el gerente de Al Qaeda y acusado de blanqueo de dinero y financiación del terrorismo.

Condenado a 9 años de cárcel por pertenencia a grupo terrorista, ya se expuso en el artículo anterior que nunca fue acusado de los delitos concretos de financiación de grupo terrorista o blanqueo de dinero e incluso el Tribunal determinó que no se presentó ninguna prueba al respecto, más allá de simples especulaciones y conjeturas.

Pero la historia no acabó con la condena por el juicio del 11-S.


En julio de 2007 la policía detuvo a Bassam Dalati y Samer Dabbas por colaboración con banda armada, falsificación de documento mercantil y blanqueo de dinero. Samer Dabbas, cuñado de Ghaleb Kalaje quedó en libertad, pero el juez Ismael Moreno ordenó el ingreso en prisión de Dalati y de Ghaleb Kalaje, que estaba en la cárcel de Ocaña cumpliendo parte de los nueve años de condena por la Operación Dátil.

A Kalaje le acusaban de organizar desde la cárcel el envío de dinero utilizando como correos a su mujer y a su cuñado. En diciembre el juez Moreno ordenó la detención de Abu Dahdah, que ya había cumplido la mitad de su condena y podía obtener beneficios penitenciarios, relacionándolo con el grupo de Kalaje, Dalati y Dabbas.

A finales de abril de 2008 Ismael Moreno notificó el procesamiento de Barakat Yarkas@Abu Dahdah y Ghaleb Kalaje por pertenecer a un grupo organizado dedicado a la realización de operaciones económicas, que se llevaron a cabo en distintas fechas de los años 2006 y 2007, con objeto de financiar células terroristas de carácter yihadista. A Dalati lo procesa por colaboración con ese grupo.

Las defensas recurrieron ese procesamiento y en julio de 2008 la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional revocó el auto de procesamiento porque no estaba probado que se pusieran de acuerdo para vaciar las cuentas de una empresa para financiar células terroristas como se afirmaba en el auto de procesamiento. La causa quedó sobreseída definitivamente en enero de 2009 por un tribunal de la Audiencia Nacional presidido por Alfonso Guevara porque las actividades denunciadas eran totalmente legales, Hacienda no había detectado ninguna irregularidad y no existía ninguna prueba de que el dinero financiase el terrorismo islámico.

De esta forma se cerró la historia de Ghaleb Kalaje y la financiación del terrorismo islámico sin que apareciese la menor referencia a esa supuesta carta del Tunecino. Kalaje era una persona que por los negocios a los que se dedicaba, promoción y construcción de viviendas en el barrio de Tetuán y comercio internacional, por las compañías que frecuentaba, el entorno de Abu Dahdah, y por su interés por el mundo islámico sería bastante probable que hubiese tenido relación con Serhane Abdelmajid Fahkett, El Tunecino. Sin embargo en ninguna de las causas judiciales en las que se ha investigado a ambos ha aparecido el menor indicio que sugiera que esa relación existía.

Por lo tanto la referencia de Kalaje en la carta de El Tunecino es una incógnita sin despejar.
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miércoles, 14 de enero de 2009

El gerente de Al Qaeda




Comentabamos en un artículo anterior que la policía había hallado en el domicilio de El Tunecino una carta en la que éste se desvinculaba de una serie de personas relacionadas con el blanqueo de dinero. La historia de Peter Friederich, uno de los mencionados en la carta, ya la hemos contado y, efectívamente, no parece probable la relación entre ambos.

Sin embargo se menciona a un tal Galeb Kalaje Zouady que con toda probabilidad se trata de Mohamed Ghaleb Kalaje Zouady, ciudadano español de origen sirio condenado a 9 años de prisión por pertenencia a la franquicia de Al Qaeda en España dirigida por Abu Dahdah. Y con esta persona si es probable que El Tunecino tuviese relación.



Ghaleb Kalaje fue detenido en la Operación Dátil contra la rama española de Al Qaeda. Su detención fue anunciada desde la policía y el Ministerio del Interior como un gran golpe al entramado financiero de Al Qaeda. Los medios nos regalaron grandes titulares destacando el papel de Kalaje como jefe del entramado financiero de Al Qaeda, gerente de Al Qaeda, etc.

Mohamed Ghaleb Kalaje Zouady era un ciudadano sirio que se estableció en España en 1983 y permaneción en nuestro país hasta 1990, fecha en la que se trasladó a Arabia Saudí hasta su vuelta en 1999. Era un empresario que se dedicaba a la construcción y promoción inmobiliaria y al comercio internacional. En España poseía varias sociedades dedicadas a la promoción inmobiliaría y tenía como socios a Bassam Dalati y Ghasoub Al Abrash Ghalyaoun, también procesados en la Operación Dátil y absueltos en el juicio celebrado en 2005.

A medida que avanzó la investigación judicial hubo un reguero de noticias que nos relataban las actividades delictivas de Ghaleb Kalaje, la mayoría relacionadas con el blanqueo de dinero y la financiación de actividades terroristas. La puntilla la puso el juez Garzón con el auto de procesamiento de la Operación Dátil en la que daba gran cantidad de detalles de los negocios del sirio nacionalizado español y de las pruebas que le inculpaban. El fiscal en su escrito de acusación refrendaba lo instruido por Garzón insistiendo en las actividades de Kalaje como financiador del terrorismo de Al Qaeda. También se le relacionaba con supuestos miembros de Al Qaeda como Mamoun Darkazanli, persona cercana a la célula de Hamburgo, sobre el que comentaremos en otro momento algunas cosas.

Lo que poca gente recuerda es que Ghaleb Kalaje ya había sido detenido antes del 23 de abril de 2002 en la continuación de la primera tanda de detenciones de la Operación Dátil. En esa operación, anunciada a bombo y platillo a los medios el 13 de noviembre de 2001, se detuvo a 11 personas, de las cuales 8 ingresaron en prisión y tres, Ahmad Raghad Mardini, Mohamed Arabi Shehimi y el propio Ghaleb Kalaje, quedaron en libertad condicional con obligación de comparecer en el juzgado.

Este detalle tiene su interés porque la mayoría de las pruebas presentadas contra Kalaje se obtuvieron en los registros de sus empresas realizados realizados en abril de 2002. Resulta sorprendente que un supuesto terrorista después de ser detenido en noviembre de 2001 en la mayor y más publicitada operación contra el terrorismo islámico, no se deshiciese de cualquier indicio incriminatorio tras su puesta en libertad. Al contrario, guardaba documentación de los años noventa: cartas, faxes, recibos, trasnferencias, facturas, etc, que supuestamente le vinculaban con Nabil Nanakli.

A pesar de esos antecedentes y de destacar ampliamente las actividades de Kalaje en relación con la financiación de Al Qaeda, el ministerio fiscal solicitó una pena de 9 años de cárcel por integración en banda armada como a la mayoría de los procesados. Ni delitos de financiación del terrorismo, ni blanqueo de dinero, ni fraude fiscal....nada.

Kalaje fue condenado por integración en grupo terrorista y el Supremo ratificó los 9 años de prisión. En la siguiente entrega comentaremos algunas cosas curiosas de la sentencia, pero no puedo resistir a reproducir unos párrafos de la sentencia:

En efecto, las irregularidades contables que se vienen a denunciar en el escrito acusatorio podrían constituir medios para la comisión por parte de Ghaleb Kalaje Zouaydi de delitos de naturaleza económica, ya sean delito de blanqueo de capitales, ya sean delitos fiscales etc. Pero de eso no se le ha acusado, dando toda la impresión de que la investigación sobre toda esta materia apenas se inició sin continuidad (en términos castizos, quedó en pañales).

Así las cosas, dichas irregularidades solo tendrían relevancia en esta causa si se hubiese demostrado que el fundamento de causa de las mismas radicaba en la ocultación de financiación de actividades terroristas. Pero eso no se ha logrado, quedándose la investigación a años luz de alcanzar tal meta, aunque se haya pretendido hacer ver lo contrario por vías de sospechas, suposiciones y conjeturas, que no tienen cabida en un proceso penal.


Continuaremos.

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martes, 6 de enero de 2009

El escándalo Friederich

En la entrada anterior hablábamos de la carta encontrada en el domicilio de El Tunecino en la que se relacionaba a Peter Friederich con un tal Brahim y con Galeb Kalaje Zouady. Conviene saber quienes son cada uno de estos personajes.

Reconozco que cuando leí por primera vez el nombre de Peter Friederich me sonaba vagamente pero no hubiese sido capaz de decir quién era o a qué se dedicaba. Lo que no esperaba cuando empecé a buscar información era encontrarme una historia tan apasionante, digna de las mejores novelas de John Le Carré.

Peter Friederich era un diplomático suizo con una reconocida trayectoria como embajador en Vietnam, Cuba y Luxemburgo. También se dice en alguna información que estuvo destinado en Madrid, aunque desconozco con qué cargo y en qué fechas.

En julio de 2002 saltó el escándalo en Suiza al ser detenido acusado de un presunto delito blanqueo de dinero y de falsificación de documentos cometidos mientras desempeñaba el cargo de embajador de Suiza en Luxemburgo. La investigación había comenzado en febrero de 2002 por una denuncia del banco de Friederich a las autoridades luxemburguesas por transacciones sospechosas. Enseguida comenzaron los rumores sobre las actividades de Friederich: comercio de obras de arte, espionaje estadounidense, dinero del exilio cubano en Miami, dinero de los países de la Europa del Este, etc.

Pero la investigación, dirigida por el juez Perraudin, pronto empezó a dar resultados y se supo que desde las cuentas de Friederich en Luxemburgo se hicieron al menos cuatro transferencias de dinero por valor de más de 750.00 euros a cuentas de personas relacionadas con el narcotráfico. Friederich cometió el error de aficionarse a especular, realizando inversiones para familiares y amigos. Todo iba bien hasta la crisis de 1998 en la que perdió mucho dinero ajeno. Para cubrir las pérdidas tuvo que asumir cada vez más riesgos, hasta que en 2001, según la prensa helvética, conoció en Madrid al español Florido Sosa, que le propuso sacar del país diversas cantidades de dinero supuestamente para evadir al fisco. El asunto se complicó cuando Florido Sosa fue detenido en marzo de 2002 en el marco de una operación contra el tráfico de drogas.

El 7 de marzo de 2002 una operación conjunta de la Guardia Civil y la UDYCO culminaba una operación contra el tráfico de drogas con la detención de 15 personas y la incautación de un alijo de 570 kg de cocaína. La droga se encontraba oculta en el interior de un contenedor en el Puerto de Valencia.

En realidad la operación antidroga se inició el 31 de enero cuando los agentes antinarcóticos de Perú, en colaboración con la DEA y la Embajada de Gran Bretaña, obtuvieron información de que en un buque procedente de Ecuador se ocultaba un importante alijo de droga. Se localizó la droga, sustituyéndola por sal y permitiendo que el buque continuase su viaje hasta España para así poder detener a las personas encargadas de recibir la droga y distribuirla.

En la operación estaban implicadas personas de varias nacionalidades: españoles, colombianos, ecuatorianos, etc. Supuestamente la cabecilla de la trama era la colombiana Adriana Jaramillo Rendón, conocida como La Señora. La investigación sobre Friederich reveló que se habían producido contactos entre ambos pero no se pudo demostrar que el diplomático suizo tuviese conocimiento del origen del dinero. La trama de blanqueo de dinero presuntamente estaba dirigida por Florido Sosa, que también había estado en contacto con Friederich.

En Perú resultaron imputadas varias personas que fueron condenadas en primera instancia, aunque en marzo de 2006 tres de ellos fueron absueltos por la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema. Los absueltos fueron el cubano-estadounidense Ibrahim Santos, el ecuatoriano Abraham César Proaño Olmedo y el colombiano Albeiro de Jesús Zapata Agudelo. Esta decisión causó cierto revuelo en algunos medios periodísticos de Perú, ya que la sala presidida por el magistrado Robinson Gonzales Campos era responsable de varias sentencias que beneficiaban a personas relacionadas con Fujimori y Montesinos.

En estos momentos desconozco cuál es la situación judicial del caso en España. No he he encontrado información en la prensa sobre celebración de juicio y sobre posibles condenas. No sé qué ha ocurrido con Adriana Jaramillo, ni con Florido Sosa, ni con el resto de personas detenidas. La única información en relación con esas personas es la relativa a su vinculación con Friederich y al juicio de éste en Suiza.

Peter Friederich fue expulsado de la carrera diplomática y condenado a tres años y medio por blanqueo de dinero y falsificación de documentos. Aquí acaba la historia de Peter Friederich hasta donde he podido averiguar. Por supuesto quedan muchos cabos sueltos en el relato y unas cuantas dudas que me surgen: ¿qué es lo que hizo que las autoridades luxemburguesas investigasen a Friederich? En el juicio declararon policías españoles y es posible que Friederich estuviese siendo investigado en España antes de que saltasen las alarmas en Luxemburgo. ¿Cuál era el papel de curiosos personajes como Florido Sosa, Lemes Izquierdo, Ibrahim Santos, Adriana Jaramillo, etc.?

Pero sobre todo, ¿qué relación tenía El Tunecino con esa gente, si es que tenía alguna relación?¿De qué conocía a Friederich o a sus actividades? No parece probable que pudiese existir ninguna relación. Entonces, ¿por qué lo nombra en una carta?¿Es una falsificación más?

En la próxima entrega quizás podamos aportar un poco más de luz.
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domingo, 4 de enero de 2009

¿Sabemos todo sobre el 11-M? El Tunecino




Hace unos días publicó Luis del Pino un nuevo artículo sobre Los Enigmas del 11-M en el que nos revelaba que Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, supuesto terrorista del 11-M conocido como El Tunecino, había presentado una denuncia en 2001 al recibir carta con un polvo que podía ser antrax. La denuncia se archivó ya que no se halló ni rastro de antrax y el polvo resultó ser harina, pero es un episodio bastante extraño que no encaja en el retrato de islamista fanático con el que han presentado a El Tunecino.

Pero no es el único episodio extraño relacionado con Serhane y sobre el que no hemos tenido noticia. Hay más cosas sorprendentes.

Por ejemplo un curioso escrito encontrado en el registro del domicilio de Serhane en el c/ Francisco Remiro de Madrid. Ese escrito es una carta mecanografiada en francés, firmada por Serhane Ben Abdelmajid Fakhet y dirigida a un tal José Antonio Fernández Estévez. En la carta se habla de la relación existente entre Peter Friederich y un tal Brahim, así como con Galeb Kalaje Zouady, el primero de ellos relacionado con blanqueo de capitales. En la carta Serhane niega toda relación con el blanqueo de capitales y cualquier relación con esas personas.

En primer lugar yo no he visto la carta y por lo tanto desconozco el texto completo, la fecha en que se redactó, si está realmente firmada y, sobre todo, el por qué fue redactada y no se llegó a enviar, ya que se encontró en su domicilio, y por qué no hemos sabido nada de ella. Pero su posible existencia arroja más incógnitas sobre el papel de El Tunecino y en los próximos días iremos profundizando en el contenido de la carta y los personajes citados para explicar por qué considero que resulta tan sorprendente su existencia.
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