Comentabamos en un artículo anterior que la policía había hallado en el domicilio de El Tunecino una carta en la que éste se desvinculaba de una serie de personas relacionadas con el blanqueo de dinero. La historia de Peter Friederich, uno de los mencionados en la carta, ya la hemos contado y, efectívamente, no parece probable la relación entre ambos.
Sin embargo se menciona a un tal Galeb Kalaje Zouady que con toda probabilidad se trata de Mohamed Ghaleb Kalaje Zouady, ciudadano español de origen sirio condenado a 9 años de prisión por pertenencia a la franquicia de Al Qaeda en España dirigida por Abu Dahdah. Y con esta persona si es probable que El Tunecino tuviese relación.
Ghaleb Kalaje fue detenido en la Operación Dátil contra la rama española de Al Qaeda. Su detención fue anunciada desde la policía y el Ministerio del Interior como un gran golpe al entramado financiero de Al Qaeda. Los medios nos regalaron grandes titulares destacando el papel de Kalaje como jefe del entramado financiero de Al Qaeda, gerente de Al Qaeda, etc.
Mohamed Ghaleb Kalaje Zouady era un ciudadano sirio que se estableció en España en 1983 y permaneción en nuestro país hasta 1990, fecha en la que se trasladó a Arabia Saudí hasta su vuelta en 1999. Era un empresario que se dedicaba a la construcción y promoción inmobiliaria y al comercio internacional. En España poseía varias sociedades dedicadas a la promoción inmobiliaría y tenía como socios a Bassam Dalati y Ghasoub Al Abrash Ghalyaoun, también procesados en la Operación Dátil y absueltos en el juicio celebrado en 2005.
A medida que avanzó la investigación judicial hubo un reguero de noticias que nos relataban las actividades delictivas de Ghaleb Kalaje, la mayoría relacionadas con el blanqueo de dinero y la financiación de actividades terroristas. La puntilla la puso el juez Garzón con el auto de procesamiento de la Operación Dátil en la que daba gran cantidad de detalles de los negocios del sirio nacionalizado español y de las pruebas que le inculpaban. El fiscal en su escrito de acusación refrendaba lo instruido por Garzón insistiendo en las actividades de Kalaje como financiador del terrorismo de Al Qaeda. También se le relacionaba con supuestos miembros de Al Qaeda como Mamoun Darkazanli, persona cercana a la célula de Hamburgo, sobre el que comentaremos en otro momento algunas cosas.
Lo que poca gente recuerda es que Ghaleb Kalaje ya había sido detenido antes del 23 de abril de 2002 en la continuación de la primera tanda de detenciones de la Operación Dátil. En esa operación, anunciada a bombo y platillo a los medios el 13 de noviembre de 2001, se detuvo a 11 personas, de las cuales 8 ingresaron en prisión y tres, Ahmad Raghad Mardini, Mohamed Arabi Shehimi y el propio Ghaleb Kalaje, quedaron en libertad condicional con obligación de comparecer en el juzgado.
Este detalle tiene su interés porque la mayoría de las pruebas presentadas contra Kalaje se obtuvieron en los registros de sus empresas realizados realizados en abril de 2002. Resulta sorprendente que un supuesto terrorista después de ser detenido en noviembre de 2001 en la mayor y más publicitada operación contra el terrorismo islámico, no se deshiciese de cualquier indicio incriminatorio tras su puesta en libertad. Al contrario, guardaba documentación de los años noventa: cartas, faxes, recibos, trasnferencias, facturas, etc, que supuestamente le vinculaban con Nabil Nanakli.
A pesar de esos antecedentes y de destacar ampliamente las actividades de Kalaje en relación con la financiación de Al Qaeda, el ministerio fiscal solicitó una pena de 9 años de cárcel por integración en banda armada como a la mayoría de los procesados. Ni delitos de financiación del terrorismo, ni blanqueo de dinero, ni fraude fiscal....nada.
Kalaje fue condenado por integración en grupo terrorista y el Supremo ratificó los 9 años de prisión. En la siguiente entrega comentaremos algunas cosas curiosas de la sentencia, pero no puedo resistir a reproducir unos párrafos de la sentencia:
Continuaremos.
Sin embargo se menciona a un tal Galeb Kalaje Zouady que con toda probabilidad se trata de Mohamed Ghaleb Kalaje Zouady, ciudadano español de origen sirio condenado a 9 años de prisión por pertenencia a la franquicia de Al Qaeda en España dirigida por Abu Dahdah. Y con esta persona si es probable que El Tunecino tuviese relación.
Ghaleb Kalaje fue detenido en la Operación Dátil contra la rama española de Al Qaeda. Su detención fue anunciada desde la policía y el Ministerio del Interior como un gran golpe al entramado financiero de Al Qaeda. Los medios nos regalaron grandes titulares destacando el papel de Kalaje como jefe del entramado financiero de Al Qaeda, gerente de Al Qaeda, etc.
Mohamed Ghaleb Kalaje Zouady era un ciudadano sirio que se estableció en España en 1983 y permaneción en nuestro país hasta 1990, fecha en la que se trasladó a Arabia Saudí hasta su vuelta en 1999. Era un empresario que se dedicaba a la construcción y promoción inmobiliaria y al comercio internacional. En España poseía varias sociedades dedicadas a la promoción inmobiliaría y tenía como socios a Bassam Dalati y Ghasoub Al Abrash Ghalyaoun, también procesados en la Operación Dátil y absueltos en el juicio celebrado en 2005.
A medida que avanzó la investigación judicial hubo un reguero de noticias que nos relataban las actividades delictivas de Ghaleb Kalaje, la mayoría relacionadas con el blanqueo de dinero y la financiación de actividades terroristas. La puntilla la puso el juez Garzón con el auto de procesamiento de la Operación Dátil en la que daba gran cantidad de detalles de los negocios del sirio nacionalizado español y de las pruebas que le inculpaban. El fiscal en su escrito de acusación refrendaba lo instruido por Garzón insistiendo en las actividades de Kalaje como financiador del terrorismo de Al Qaeda. También se le relacionaba con supuestos miembros de Al Qaeda como Mamoun Darkazanli, persona cercana a la célula de Hamburgo, sobre el que comentaremos en otro momento algunas cosas.
Lo que poca gente recuerda es que Ghaleb Kalaje ya había sido detenido antes del 23 de abril de 2002 en la continuación de la primera tanda de detenciones de la Operación Dátil. En esa operación, anunciada a bombo y platillo a los medios el 13 de noviembre de 2001, se detuvo a 11 personas, de las cuales 8 ingresaron en prisión y tres, Ahmad Raghad Mardini, Mohamed Arabi Shehimi y el propio Ghaleb Kalaje, quedaron en libertad condicional con obligación de comparecer en el juzgado.
Este detalle tiene su interés porque la mayoría de las pruebas presentadas contra Kalaje se obtuvieron en los registros de sus empresas realizados realizados en abril de 2002. Resulta sorprendente que un supuesto terrorista después de ser detenido en noviembre de 2001 en la mayor y más publicitada operación contra el terrorismo islámico, no se deshiciese de cualquier indicio incriminatorio tras su puesta en libertad. Al contrario, guardaba documentación de los años noventa: cartas, faxes, recibos, trasnferencias, facturas, etc, que supuestamente le vinculaban con Nabil Nanakli.
A pesar de esos antecedentes y de destacar ampliamente las actividades de Kalaje en relación con la financiación de Al Qaeda, el ministerio fiscal solicitó una pena de 9 años de cárcel por integración en banda armada como a la mayoría de los procesados. Ni delitos de financiación del terrorismo, ni blanqueo de dinero, ni fraude fiscal....nada.
Kalaje fue condenado por integración en grupo terrorista y el Supremo ratificó los 9 años de prisión. En la siguiente entrega comentaremos algunas cosas curiosas de la sentencia, pero no puedo resistir a reproducir unos párrafos de la sentencia:
En efecto, las irregularidades contables que se vienen a denunciar en el escrito acusatorio podrían constituir medios para la comisión por parte de Ghaleb Kalaje Zouaydi de delitos de naturaleza económica, ya sean delito de blanqueo de capitales, ya sean delitos fiscales etc. Pero de eso no se le ha acusado, dando toda la impresión de que la investigación sobre toda esta materia apenas se inició sin continuidad (en términos castizos, quedó en pañales).
Así las cosas, dichas irregularidades solo tendrían relevancia en esta causa si se hubiese demostrado que el fundamento de causa de las mismas radicaba en la ocultación de financiación de actividades terroristas. Pero eso no se ha logrado, quedándose la investigación a años luz de alcanzar tal meta, aunque se haya pretendido hacer ver lo contrario por vías de sospechas, suposiciones y conjeturas, que no tienen cabida en un proceso penal.
Continuaremos.
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ResponderEliminarMenos mal que no soy un comentario anónimo. A mí el administrador no me borrará ¿Verdad?.
ResponderEliminarParece un atentado contra la libertad de expresión. Tantas opiniones eliminadas.