jueves, 23 de octubre de 2008

Las frivolidades de la justicia II




Recientemente Amnistía Internacional ha vuelto a denunciar públicamente la situación inhumana e ilegal de los presos recluidos en la base de Guantánamo. Una de las personas que ha comparecido ante la prensa para denunciar la situación de los prisioneros en esa base militar ha sido el marroquí Lahcen Ikassrien. Ikassrien estuvo preso en Guantánamo más de tres años. En julio de 2005 fue devuelto a España en dónde tenía una causa abierta por terrorismo. En 2006 fue juzgado y absuelto por la Audiencia Nacional

La historia de Ikassrien es muy peculiar y está muy ligada a las investigaciones del juez Garzón sobre las redes islamistas en España. Repasemos un poco los detalles de sus avatares.


Lahcen Ikassrien fue detenido cerca de Kunduz por la Alianza del Norte y entregado a las tropas americanas, que lo trasladaron a una prisión cerca de Mazar-i-Sharif, donde sobrevivió a un motín. En febrero de 2002 fue trasladado a Guantánamo. En esa base fue interrogado entre 2002 y 2004 al menos cuatro veces por policías españoles, que pudieron comprobar las condiciones de vida en el campamento. Según lo relatado por el propio Ikassrien los policías pretendían que identificase a personas sospechosas de pertenecer a Al Qaeda en España a cambio de abandonar Guantánamo. Al insistir Ikassrien en su petición de regresar a España primero los agentes no accedieron.

En julio de 2005 fue trasladado hasta la base de Torrejón de Ardoz y entregado a las autoridades españolas que tenían una causa pendiente contra él por sus presuntas relaciones con la célula española de Al Qaeda.

Las acusaciones contra él derivaban de las investigaciones de Baltasar Garzón en relación con las conexiones de Al Qaeda en España. En noviembre de 2001 la policía española realizó varias detenciones en el marco de la llamada Operación Dátil. La detención de Abu Dahdah y varios de sus seguidores se convirtió en la mayor operación contra el terrorismo islámico en España. El 17 de septiembre de 2003 se procesó a 35 personas por su relación con Al Qaeda y los atentados del 11-S.

Lachen Ikassrien aparece citado varias veces en el auto de procesamiento como un ex muyahidín, captado por Abu Dahdah para hacer la yihad en Afganistán. Se le identifica como la persona que llama a Abu Dahdah desde Turquía para que le solucione un problema con el pasaporte. También se le relaciona con Abu Mughen, antiguo combatiente en Bosnia, con el que habría compartido piso en Turquía en octubre-noviembre de 2000. Finalamente no fue procesado con el resto de los detenidos por la Operación Dátil porque no llegaron a tiempo los datos de una comisión rogatoria enviada a Turquía. El juez dedujo testimono de las personas investigadas en la Operación Dátil que no habían podido ser procesadas en septiembre y con ello abrió una nueva causa. Las autoridades turcas remitieron la información a final de año y el 26 de diciembre de 2003 se dictó auto de procesamiento, órdenes de detención internacional y solicitudes de extradición contra los presuntos islamistas Lahcen Ikassrien, Hamed Abderramán Ahmed, Jamil Al Banna y Omar Deghayes.

El procesamiento de Lahcen Ikassrien por pertenencia a grupo terrorista islamista se basaba en las pruebas aportadas por la comisión rogatoria de las autoridades turcas, en la que facilitaron la identidad de las personas detenidas en Estambul a finales del 2000, y en las investigaciones de la policía española sobre el grupo de Abu Dahdah.

En la sentencia de la Audiencia Nacional de octubre de 2006 figuran como Hechos Probados:

No ha quedado acreditado en autos que el acusado Lahcen Ikassrien formara parte integrante de organización terrorista alguna de índole islámico-fundamentalista, y más concretamente de la red de Al Qaeda creada por Osama Ben Laden. Como tampoco ha quedado probado que el acusado fuera captado por el responsable de dicha organización en España, Barakat Yarkas, alias Abu Dahdah, ni que éste financiara el viaje y la estancia de Ikassrien en Turquía, y en Afganistán, ni que dicho traslado tuviera por objeto, el adoctrinamiento en la llamada "yihad" o guerra santa como "muhahidin" o luchador para imponer la "sharia" o ley islámica, [ni] el adiestramiento militar y la integración en grupos armados de obediencia talibán.

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Que luego le trasladaron a Guantánamo (Cuba), donde nunca le explicaron por qué se hallaba privado de libertad y donde prosiguieron los malos tratos y las amenazas y se sucedieron los interrogatorios sin presencia de abogado y la inasistencia de forenses y de intérpretes. Allí recibió la visita de unos policías españoles, que le ofrecieron la posibilidad de convertirse, en confidente, prometiéndole que si colaboraba sería traído a España, a lo que el declarante se negó, porque si accedía a ello les tendría que mentir. En Guantánamo nunca le comunicaron que desde 2004 existía una petición de extradición. Un día lo pusieron en una celda solo y le llevaron en coche a otro sitio, en cuyo trayecto le ofrecieron mucho dinero y el traslado al país que quisiera a cambio de colaboración, negándose el declarante a firmar el papel que le dieron.

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El segundo policía reconoce que suscribió el documento que aparece en las actuaciones al folio 283 de la pieza separada de situación personal, donde explica que las evidencias de la vinculación del acusado con el principal imputado y líder de, la cédula terrorista islámica descubierta en España, Barakat Yarkas (alias Abu Dhadah), consistían en las conversaciones telefónicas intervenidas y en el resultado de una comisión rogatoria dirigida a Turquía, de las que podría deducirse que Lahcen Ikassrien fuereclutado por Abu Dahdah y enviado a Afganistán, junto con otros miembros de su cédula criminal.

Ya se ha indicado que tales conversaciones telefónicas adolecen de nulidad radical, según sentencias firmes, y que no aparece en las presentes actuaciones dato alguno acerca de la emisión y cumplimentación de la aludida comisión rogatoria remitida a Turquía, al parecer librada en otro proceso judicial y cuyo testimonio de particulares no obra unido a esta causa.


Es obvio decir que Lahcen Ikassrien fue puesto en libertad y absuelto de las acusaciones de pertenencia a grupo terrorista.

Después de varios años investigando al grupo de Abu Dahdah resulta que las pruebas obtenidas son unas intervenciones telefónicas anuladas, cuyo contenido incriminatorio era bastante dudosa, unas vigilancias policiales y una comisión rogatoria. Pero cuando llega el juicio resulta que ni se presentan evidencias documentales de esas vigilancias, fotografías o videos, ni se aporta la documentación supuestamente entregada por las autoridades turcas sobre la identidad de las cuatro personas detenidas en Estambul sospechosas de pertenecer a Al Qaeda.

¿Existieron alguna vez esos documentos o fue otro despiste más del juez Garzón?

Es muy posible que Lahcen Ikassrien se haya pasado más de tres años en Guantánamo por las acusaciones del juez Garzón, que al final se han demostrado infundadas. Tal y como el propio Ikassrien ha denunciado en múltiples ocasiones, recibió varias visitas de policías españoles que le tomaron declaración. Aunque posteriormente el juez se ha querido quitar la responsabilidad de los interrogatorios alegando que él no los ordenó, lo cierto es que no tuvo reparos en incluir en el sumario como prueba de cargo los informes policiales en los que se daba cuenta de esos interrogatorios.

Ikassrien está convencido de ello y en su momento anunció que reclamará al Estado 600.000 euros por daños morales y materiales.

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