sábado, 15 de noviembre de 2008

La Sarkosilla




Todo lo que me pidas, te lo daré.

No, no es el título de un bolero. Es lo que nos va a costar la invitación de última hora para asistir a la cumbre del G-20. Después de mucho suplicar y de llamar a todas las puertas, ha sido la generosidad de Sarkozy cediéndonos uno de las sillas que le correspondían la que ha permitido que Zapatero se pueda sentar junto a los líderes mundiales en Washintong.

Eso sí, han debido de estar muy apretados porque también extendió la invitación a Holanda y República Checa. Si la cumbre se llega a demorar unos días más hubiesen podido recrear la famosa escena del camarote de los hermanos Marx.

No recordaba una silla tan perseguida desde las peripecias de Mel Brooks en El misterio de las doce sillas. Aunque sin salirnos de Brooks hay quien lo compara acertadamente con sillas de montar calientes.

Cinco años ha tardado Rodríguez Zapatero en poder visitar la Casa Blanca y no ha sido por invitación de su inquilino, sino gracias a nuestros vecinos del otro lado de los Pirineos. Un éxito de nuestra diplomacia y de las relaciones internacionales de nuestro presidente. Lo que no sabemos es por qué está tan contento de estrechar la mano del responsable de aquella guerra ilegal e ilegitima. ¡Cómo cambian las cosas de la oposición al gobierno!

No hay comentarios:

Publicar un comentario