Al que me pueda dejar en evidencia, ni agua
Como el centrismo se demuestra andando y Rajoy ya ha señalado el camino con lo de que "hay que moverse", el PP se mueve. Y la primera en la frente. No me refiero a lo de Gallardón, que estaba cantado. Me refiero a la oposición del PP a que los partidos que forman el Grupo Mixto se repartan el tiempo de intervención en los debates del Congreso de los Diputados.
Parece que eso va a suponer, de momento, que Rosa Díez no tenga voz propia en la Cámara. O al menos se le ponen trabas. Independientemente de la opinión y simpatías que tenga cada uno por Rosa Díez y por UPyD, no parece una iniciativa propia de los que aspiran a renovar el partido a base de talante, progresismo, modernidad y no sé cuántas tonterías más.
Yo sólo lo puedo interpretar como un intento de que Rosa Díez no les deje con las verguenzas al aire enarbolando las banderas que el PP debería hacer suyas, pero que no se atreve o no quiere defender en el Congreso.
Por supuesto se escudarán en los reglamentos, las leyes y lo que haga falta para justificar su postura. Pero eso no oculta el trasfondo político de la decisión. El PP quiere ejercer el monopolio de la oposición. O hacer oposición a la oposición, en el mejor estilo de Llamazares.
¡Qué mala pinta tiene todo esto!
Noticia leída en Libertad Digital El PP impide que Rosa Díez tenga voz propia en los plenos del Congreso